miércoles, 26 de febrero de 2014

TERAPIA CENTRADA EN SOLUCIONES

La Terapia Centrada en Soluciones es un planteamiento sistémico y constructivista en el que se ayuda a las personas a que resuelvan sus problemas mediante la potenciación de sus recursos personales y relacionales. Es una terapia orientada al cambio y la cooperación que permite abordar las dificultades en el contexto en que se producen y en el momento actual, trabajando desde el presente hacia al futuro.

En SENSO trabajamos desde la terapia Centrada en Soluciones todos los problemas que puedan generar malestar, individualmente o en las relaciones interpersonales (trabajo, escuela, familia, amigos, pareja), ayudando a explorar y movilizar los recursos y cualidades que posee cada persona, pareja, familia o grupo para solucionar  sus dificultades en el menor tiempo posible.

Problemas personales:  Baja autoestima, Ansiedad, depresión, miedos, fobias, adicciones, trastornos de la alimentación, enfermedades crónicas, duelo, acoso laboral…

Niños y adolescentes: Dificultades escolares, ansiedad ante los exámenes, Déficit de atención, Hiperactividad, problemas de comportamiento, agresividad, miedos, fobias…
Psicoterapia familiar: Cuando los problemas afectan a la unidad familiar la solución pasa por trabajar con todos los miembros posibles de la familia. Se considera que la familia entera está implicada en el proceso de mantener y desarrollar el bienestar de cada uno de sus miembros y, de esta manera, se aprovechan los recursos y esfuerzos que pone cada uno de ellos para mejorar la calidad de vida de la familia como totalidad.

lunes, 24 de febrero de 2014

TALLER DE AUTOESTIMA CENTRADA EN SOLUCIONES

RESERVA YA TU PLAZA para la próxima edición del Taller de Autoestima centrada en soluciones, se llevará a cabo en 7 sesiones de hora y media en las fechas: lunes, 17, 24 y 31 de Marzo, 7, 21, 28 de Abril y 5 de Mayo 20:00 a 21:30 en el Centro SENSO, Pza Fuente Dorada, Nº 5, 3º B, INSCRIPCIONES tlf: 619 03 69 86
                                                 email: centrosenso@gmail.com

¡ PLAZAS LIMITADAS!

miércoles, 12 de febrero de 2014

DEPENDENCIA EMOCIONAL. UNA ADICCIÓN DESTRUCTIVA

Artículo publicado por Carmen Gacía Olid

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Uno de los motivos de consulta más frecuente para los psicólogos es la dependencia emocional. Se trata de  un problema por el que se sufre una especie de “enganche” de la pareja porque existe una necesidad muy grande y continua de afecto.
Es algo similar a lo que se sufre con la dependencia del alcohol, por ejemplo.Afecta tanto a hombres como  a mujeres. La diferencia está en que los hombres que la sufren tienden a ocultarlo mucho más por vergüenza, agravándose de este modo el problema.
Esta situación puede vivirse de forma puntual con una relación, pero lo más frecuente es que el patrón se repita con todas y cada una de las parejas que se tienen. Esta dependencia no se debe a razones más o menos objetivas (económicas, minusvalías de algún tipo…), sino que es puramente necesidad de amor. Quien la sufre es una persona con un miedo tremendo a la soledad y que no concibe su vida sin pareja.
Un hecho que resulta llamativo es que, generalmente, el dependiente emocional busca parejas dominantes, de carácter fuerte, más bien egoístas y egocéntricas, desconsideradas, posesivas e incluso déspotas, capaces de llegar al maltrato físico y/o psicológico,  a las que idealizan en extremo. Se vive por y para la pareja.
El afectado, a pesar de que reconoce este maltrato y desconsideración, no puede dejar de estar enganchado. Es capaz de pedir perdón, incluso, por cosas que no ha hecho, con tal de que su pareja “lo quiera” y esté contenta. La colmarán de regalos y atenciones y prácticamente vivirán alertas a los gestos de la pareja para que esté contenta en todo momento.
En la base del problema, se encuentra el hecho de una bajísima autoestima que lleva al dependiente emocional a despreciarse. Son críticos consigo mismos hasta el extremo y por ello se sienten culpables, incluso, del desprecio que puedan sufrir por parte de sus parejas. Lejos de mejorar, esta situación empeora con el paso del tiempo agudizándose esa relación de “dueño/a-súbdito” que se establece en la pareja.
El desprecio del otro aumenta a medida que también lo hace la sumisión de quien sufre dependencia emocional. Es frecuente también que la relación se rompa, pero no importa. El dependiente volverá una y otra vez a la pareja, del mismo modo que el alcohólico o el drogadicto vuelve a consumir. Con cada vuelta la situación empeora pues crece el desprecio de la pareja y disminuye la dignidad y la autoestima del dependiente. Quien sufre de dependencia emocional necesita de su pareja-verdugo y si no la tiene, aparece algo similar al síndrome de abstinencia.
Se producen, incluso, enfrentamientos y rupturas con amigos o familiares por defender esta situación. El dependiente nunca llega a ser feliz. Sufre problemas de ansiedad y/o depresión y un cierto desprecio por sí mismo al ser consciente de que se está arrastrando ante alguien que no sólo no lo ama sino que incluso lo maltrata. Las personas cercanas al dependiente intentan hacerle ver que esa relación que mantiene es patológica y que sólo le hace sufrir. El dependiente se enfrentará a ellos por defender su relación e incluso exigirá a sus familiares un trato especial hacia su pareja, del mismo modo que él hace.
En su mente la persona con la que está es superior y todos los demás deben reconocer esto y hacer que esa persona sea feliz y tenga todo cuanto desee.  Esto conlleva, en la mayoría de los casos, una ruptura con sus familiares y amigos que hará que su dependencia aumente al encontrar como único apoyo en el mundo a la pareja. El aislamiento al que ellos mismos se conducen hace que el problema aumente.
También el dependiente puede llegar al abandono de sus propias responsabilidades laborales por satisfacer necesidades de la pareja. El deterioro social, familiar, laboral y personal del dependiente emocional puede llegar a ser tremendo. Si hay hijos, con mucha frecuencia se observan comportamientos de falta de respeto e incluso desprecio por parte de ellos hacia el progenitor dependiente. Aprenden a no respetar a alguien que se muestra tan falto de dignidad. También existe mala relación hacia el otro progenitor puesto que, como ya he indicado, suele ser una persona egocéntrica y desconsiderada que tampoco muestra cariño o preocupación por sus hijos.
Es fundamental iniciar cuanto antes la terapia psicológica para conseguir desengancharse de la pareja. No hacerlo puede tener consecuencias nefastas puesto que, con frecuencia, se pasa al maltrato físico y/o psicológico. Sin embargo esto que es tan obvio, resulta muy difícil que se lleve a la práctica.
Como en cualquier otra adicción, es preciso que quien lo sufre reconozca que tiene un problema y desee buscar solución. Esto resulta harto difícil puesto que el dependiente siempre encontrará mil y una excusas para justificar su comportamiento: “No lo/la conocéis bien” “Me quiere muchísimo” “Yo también tengo la culpa”… No funcionará nunca ninguna terapia que no sea iniciada por propia voluntad y como en las demás adicciones, el primer paso sería la ruptura total con la pareja para conseguir salir de la situación problemática.
¿Cómo puede actuar la familia en estos casos? No cediendo nunca para no fomentar la situación. Es decir, no hay que hacer caso al dependiente que pretenderá que se siga tratando con deferencia, respeto absoluto y sumisión a su pareja. Se trata de no abandonar al dependiente pero no ser cómplice de su relación patológica.
Sólo se puede hablar con el enfermo y explicarle que siempre podrá contar con la ayuda de la familia cuando desee poner fin a la situación. Si esto se produce, acogerlo e impedir todo contacto con la pareja y acompañarlo a terapia. El psicólogo no sólo trabajará con el dependiente, sino que irá dando pautas a los familiares sobre cómo actuar a situaciones concretas.

miércoles, 5 de febrero de 2014

LAS PALABRAS MÁGICAS: EL OTRO LENGUAJE SEXUAL

Por:  03 de febrero de 2014

Ya hemos hablado aquí de las palabras que utilizamos para seducir, e incluso deese sexo oral que nunca deberíamos practicar o de los diálogos de pareja como cuchillos. Está claro que el lenguaje, dentro y fuera de la cama, es importante, pero¿conocemos realmente el lenguaje del sexo?

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Sólo hace falta darse un paseo por internet o las redes sociales. Cada vez aparecen más palabras dedicadas a explicar técnicas o tendencias en el ámbito sexual, la mayoría importadas del inglés, que nos hacen mucho más complicadas cuestiones a veces bien simples. Parece que hoy todo tiene un nombre.
Hablamos por ejemplo del dogging o 'cancaneo', esa práctica que consiste en tener relaciones sexuales al aire libre, en coches o paisajes naturales apartados, donde pueden unirse más invitados para mirar o participar, y que en su versión homosexual es denominada cruising. Del cine porno aprendimos también lo que significaba el squirting, ese momento en el que la mujer llega al orgasmo eyaculando de forma llamativa; y del mundo del BDSM, que el trampling es lo mismo que pisotear o dejar que te pisoteen, por puro placer. 
Incluso nos 'reeducamos' sexualmente gracias a las nuevas tecnologías. Si comenzamos hablando del bluetoothing, que se basaba en establecer contacto para tener relaciones sexuales a través del bluetooth, la cosa ha ido evolucionado hasta el sexting. Es decir, intercambiar imágenes o vídeos con contenido sexual explícito a través del móvil, o del propio ordenador.
De hecho, el lenguaje del sexo ha llegado incluso a marcar tendencias. Decimos, por ejemplo, que está de moda el vajazzling, que no es sino el arte de decorar con cristales y diamantes el pubis; o que ahora mismo son muy corrientes las relacionesprecop, que es lo que toda la vida se ha llamado tener amigos con derecho a roce.
Esto de poner nombre a nuestras formas de relacionarnos sexualmente no es nada nuevo. Ya aprendimos mucho en las antiguas páginas de contactos de los periódicos, donde los mensajes acababan por parecer un mapamundi. Que si especialistas en griegos (penetración anal); o que si se me da bien el francés(sexo oral) o el tailandés (un masaje usando todas las partes del cuerpo). Para expertos, teníamos 'nacionalidades' más rebuscadas como el ruso (masaje del ano con el pene sin llegar a penetrar), el turco (con las manos atadas, para dar placer o recibirlo) o el japonés (se realiza el coito en posturas en cuclillas y suelen ayudarse para ello de cojines y almohadones).
Aprendimos incluso que los besos podían tener diferentes colores que iban delblanco (intercambiando el semen en el beso) al negro (sexo oral anal). Pero lo que nunca nadie nos ha explicado bien es qué significa realmente la palabra sexo. Así, tal cual.
Sexo: No es el sexo que se practica sino el sexo que se es. Por tanto, se definiría como la forma en la que nosotros nos sexamos (o sexuamos) como hombre o mujer. Viene determinado por lo que siente la propia persona, y no por la sexaciónsocial, que suele basarse solo en la observación genital. No existe nadie sin sexo, porque todos somos seres sexuados. Esta definición no es algo cultural: se nace con ella y luego evoluciona con la propia maduración del individuo.
Conceptossexologia








Muchas veces, el problema a la hora de expresar, o de entender nuestro propio cuerpo y nuestras relaciones, se basa en que no conocemos cuáles son las palabras adecuadas para utilizar. Hay que tener en cuenta que el poner nombre a las cosas ayuda a colocarlas en el lugar correcto de nuestra mente. Es por ello que desde la Sexología se entienden como fundamentales los siguientes conceptos:
Sexuación: Es el proceso por el que nos vamos formando como el hombre o la mujer que somos. Comienza con la concepción y acaba con la muerte de la persona; es decir, dura toda la vida. En un primer lugar viene determinado de forma natural por las hormonas que hacen que el embrión sea de uno u otro sexo, pero luego continúa con la sexuación social que realiza el individuo por sí mismo. Algunos puntos clave en los que el individuo se define o se redefine sexualmente son la adolescencia, la maternidad o la paternidad, la menopausia, etcétera.
Sexualidad: Define la vivencia de cada persona como ser sexuado. En otras palabras, es la parte de la vida que describe cómo nos sentimos con el hombre y la mujer que somos, y las vivencias que tienen que ver con este hecho.
Erótica: La palabra clave para hablar de erótica es 'deseo', es decir, que la erótica es aquello que define la orientación de nuestros deseos. Tiene una relación directa a la hora de hablar de homosexualidad y heterosexualidad, por ejemplo, pero también a la hora de explicar las peculiaridades eróticas; es decir, con todo aquello que pueda despertar el deseo de un sujeto sexuado.
Amatoria: El ars amandi o el arte de amar tiene que ver con el encuentro entre los sexos, y con su manera de expresar esos deseos en lo físico. Es el concepto que la gente confunde con 'sexo'.
Si estamos dispuestos a ponernos al día en las últimas tendencias, o incluso a aprender idiomas para poder seguir una conversación de contenido sexual, nunca está de más aprender también los conceptos básicos, y más reales, que influyen directamente en nuestra sexualidad.
Desde Eros, os animamos a aportar otras palabras o conceptos que queráis compartir, bien desde un ámbito educativo, o incluso a veces, desde un punto de vista más divertido. ¿Quién da más?

martes, 4 de febrero de 2014

SE HABLA MUCHO DE SEXO Y POCO DE SEXUALIDAD

La educación sexual es la gran olvidada en las aulas. Todos los expertos coinciden en que nuestro país necesita una buena educación sexual y de calidad. Pero no sólo los colegios e institutos están faltos de esta formación, también muchas Universidades carecen de ella, incluso en las facultades de las carreras del ámbito sanitario. Para leer la noticia de Beatriz Portalatín publicada en el diario El Mundo, pinchar sobre la imagen.

http://www.elmundo.es/salud/2014/01/31/52eb88fde2704e5d3c8b4571.html